Hace varios años la bruja que escribe aquí se convirtió en una bruja viajera y en ese primer gran viaje a Nunca jamas su corazón sufrió un sobresalto que la cambió y antes de morir de amor escribió esto:
Piensa en mí... en mis locuras, mis ocurrencias, en mis interminables preguntas tan chocantes y extrañas como yo. Piensa en mi, en como se abren sorprendidos mis ojos cuando te escuchan hablar e intentas explicarme las cosas que pasan una y otra vez.
Piensa en mí, en esa niña, que no puede emborracharse, con ese acento marcado y persistente, en la chica de esos modismos tan confusos y molestos, piensa en mí, pon un punto a la coma, has de un ordenador una lap top, y usa el celular y no el móvil. Piensa en mí y no pienses en nada ni nadie mas.
Que por una vez te inspire mi ingenuidad y pretenciosa elocuencia, piensa en mí, sueña conmigo una sola vez, porque quiero ser importante, muy importante, piensa en mí un segundo de vida, porque no me parece justo que tú no pienses en mí cuando yo no puedo sacarte de mi cabeza a ti, a tus respuestas entrecortadas, tu acento ambivalente, tu sonrisa dulce y sincera, y tu obsesión porque me sienta bien en tu mundo...
Piensa en mí un minuto para compensar las 24 horas del día en que yo pienso en ti.
Piensa en mí... en mis locuras, mis ocurrencias, en mis interminables preguntas tan chocantes y extrañas como yo. Piensa en mi, en como se abren sorprendidos mis ojos cuando te escuchan hablar e intentas explicarme las cosas que pasan una y otra vez.
Piensa en mí, en esa niña, que no puede emborracharse, con ese acento marcado y persistente, en la chica de esos modismos tan confusos y molestos, piensa en mí, pon un punto a la coma, has de un ordenador una lap top, y usa el celular y no el móvil. Piensa en mí y no pienses en nada ni nadie mas.
Que por una vez te inspire mi ingenuidad y pretenciosa elocuencia, piensa en mí, sueña conmigo una sola vez, porque quiero ser importante, muy importante, piensa en mí un segundo de vida, porque no me parece justo que tú no pienses en mí cuando yo no puedo sacarte de mi cabeza a ti, a tus respuestas entrecortadas, tu acento ambivalente, tu sonrisa dulce y sincera, y tu obsesión porque me sienta bien en tu mundo...
Piensa en mí un minuto para compensar las 24 horas del día en que yo pienso en ti.
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