¿Me habré topado de frente con el amor de mi vida? Si confío en esa tonta idea que me han inculcado las extrañas películas que suelo ver, las circunstancias permitirán volverme a encontrar con él, y si no, pues no y listo...
Hace ya muchos días, París se presentó en mi ruta, solo estaríamos justo lo necesario para conocer el lado bonito de una ciudad. París es uno de los sitios con los que toda la gente sueña conocer, y obviamente yo no era la excepción, pero mi atracción por este lugar iba un poco mas allá de la torre Eiffel, que es bastante impresionante, he de decir a su favor, me gustaba la idea de ver a la gente vivir en un sitio tan popular, ¿Como vives con un lugar tan mediatizado?
Y lo que descubrí es que es una ciudad como otras, bastante parecida a DF (o CDMX cómo sea), con mucha gente, atascos, banquetas rotas por las raíces de los arboles, pero al mismo tiempo es un ciudad única, que parece tan antigua y tan moderna, tan tranquila y tan caótica al mismo tiempo, es tan hermosa, atractiva, tan limpia, tan brillante y al mismo tiempo en invierno parece melancólica y algo gris, pero también es un poco romántica.
Con las ciudades pasa como con las personas simpáticas, majas, agradables y más. las conoces un poco y quizá no les encuentres defectos a la primera, pero mientras mas tiempo convives con ellas, les encuentras detalles ya no tan maravillosos. Pues con París me quede con la primera impresión, esa de que es hermosa, tranquila y caótica, la impresión de que es amable, pero que en realidad tu presencia le importa poco. La impresión de que posee un arraigado aprecio por mantener una imagen clásica, pero la estética de la "actualidad" no le es indiferente, al contrario le despierta tal curiosidad que deja que la invada poco a poco. Me quede con la impresión de que es una ciudad triste, muy triste, que no tiene minutos, tiene horas de silencio y hay sitios donde el dolor, el miedo, la rabia y la impotencia no se van nunca.
Ademas he de contar que entre los franceses quizá esté oculto el amor de mi vida... y no es que me haya enamorado de un francés en cada esquina, no. Lo que pasó fue aun mas curioso.
Así que después de estos curiosos encuentros solo me queda pensar que, a pesar de mi renuencia al hecho, probablemente París si es la ciudad del amor...
También me queda decir que, en este modo tan peculiar de ser que tengo, quiero conocer mejor París y Francia en general, quiero conocer su lado oscuro, sus defectos y sus problemas, eso es lo mas divertido cuando conoces un lugar o a una persona, descubrir los vicios de otros es toda una aventura...
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