He descubierto que soy experta en momentos incómodos, y no me refiero a que sé salir exitosa de ellos, ¡no!, mi talento se destaca en que ¡soy experta en crear momentos incómodos!, si yo no soy la solución, soy el problema.
Por ejemplo si me presentan a alguien, soy esa rara que pone sonrisa de tortuga y asiente con cara de "espero que no me haga hablar, ni decir nada"
También me pasa que si alguien habla y habla animadamente y de pronto se queda en silencio yo no busco romper esa incomoda escena y solo asiento con la cabeza y me retiro con algún pretexto torpe
como "Tengo que ir para allá"
Si alguien me reconoce por la calle, un conocido de la infancia, o de algún sitio que no recuerdo, y pretende acercarse levanto la mano antes de tenerlo incómodamente cerca y cambio de dirección o me agacho a revisar el teléfono o repentinamente recuerdo que olvide darle tres vueltas a la misma calle...
Cuando trato de dar respuestas acertadas y ser simpática, me salen en forma de sarcasmo, tengo que aclararlo o arreglaron y mejor prefiero seguir con mi sonrisa de tortuga...
No sé coquetear (que quizá ese trauma lo aborde después en profundidad) y si veo a alguien con intensiones de abordarme, abro los ojos como platos y emprendo la graciosa huida o espero a que se me acerquen me pregunten mi nombre, responder y quedarme en silencio viendo al infinito.
He descubierto que no puedo mantener un conversación por mas de dos minutos con la gente, no se me ocurre que preguntar o comentar y hablar del tiempo atmosférico es una declaración de desesperación (si, aunque escriba mis traumas aquí tengo mi dignidad). Recuerdo una vez que me encontré con la "amiga de una amiga" misma a la que esperábamos las dos, pues nos pasamos media hora viéndonos y viendo al pasillo esperando a que llegara la otra chica y en cuanto la tercera en discordia apareció, la conversación fluyó, bueno la de las otras dos yo mejor me fui
No sé a qué se deba este súper poder que tengo, ya que con mi hermana, mi madre y algunos amigos soy simpática y podría decir que hasta suelo ser agradable, pero no me sale con todo el mundo. Así pues soy buena creando silencios incómodos...
Pero bueno Asi es esto de las gelatinas... y la relaciones humanas: A veces cuajan y a veces no
Por ejemplo si me presentan a alguien, soy esa rara que pone sonrisa de tortuga y asiente con cara de "espero que no me haga hablar, ni decir nada"
También me pasa que si alguien habla y habla animadamente y de pronto se queda en silencio yo no busco romper esa incomoda escena y solo asiento con la cabeza y me retiro con algún pretexto torpe
como "Tengo que ir para allá"
Cuando trato de dar respuestas acertadas y ser simpática, me salen en forma de sarcasmo, tengo que aclararlo o arreglaron y mejor prefiero seguir con mi sonrisa de tortuga...
No sé coquetear (que quizá ese trauma lo aborde después en profundidad) y si veo a alguien con intensiones de abordarme, abro los ojos como platos y emprendo la graciosa huida o espero a que se me acerquen me pregunten mi nombre, responder y quedarme en silencio viendo al infinito.
He descubierto que no puedo mantener un conversación por mas de dos minutos con la gente, no se me ocurre que preguntar o comentar y hablar del tiempo atmosférico es una declaración de desesperación (si, aunque escriba mis traumas aquí tengo mi dignidad). Recuerdo una vez que me encontré con la "amiga de una amiga" misma a la que esperábamos las dos, pues nos pasamos media hora viéndonos y viendo al pasillo esperando a que llegara la otra chica y en cuanto la tercera en discordia apareció, la conversación fluyó, bueno la de las otras dos yo mejor me fui
No sé a qué se deba este súper poder que tengo, ya que con mi hermana, mi madre y algunos amigos soy simpática y podría decir que hasta suelo ser agradable, pero no me sale con todo el mundo. Así pues soy buena creando silencios incómodos...
Pero bueno Asi es esto de las gelatinas... y la relaciones humanas: A veces cuajan y a veces no
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