Cuando te imaginas tu propio cuento de hadas, tu eres el protagonista donde vences al villano y vives feliz para siempre con el amor de tu vida... Eso es común, y hasta cómodo a quién no le gustaría solo ser feliz para siempre.
El problema viene cuando tu cuento de hadas no es el mismo que el del "amor de tu vida" y esa gran persona perfecta para ti se queda con el malo o mala del cuento porque justo al príncipe le gusta mas la inteligencia y la astucia de la madrastra, que la dulzura y la ingenuidad de Blancanieves, porque quizá Bella se queda con Gastón por ser guapo y vive en su villa, y eso de la aventura o conocer gente de fuera le parece aterrador.
Si, imaginar algo así es una locura pero a veces, y mas frecuente de lo que parece, así ocurre, nuestros príncipes y princesas prefieren escribir su propia historia (algunas veces de terror) y nos da por caer en depresión y pensar que no es justo.
Entonces te preguntas ¿Qué ocurre? ¿Acaso el problema eres tú? ¿sufres de alucinaciones? Es probable que en parte sea cierto y estés muy cerca de la esquizofrenia, pero qué pasa con las emociones y los clicks o zings o como que se llame,pues no existen ¿o si?.
Es muy probable que si existan estas conexiones, pero al respecto hay dos cosas que pensar:
1: Es más fácil apostarle a lo seguro así que tu príncipe o princesa es una persona práctica y tu eres más de la linea de los impulsivos y aventureros pues ya sabes la respuesta y la historia es al revés pues la idea es lo mismo (si, los polos opuestos se atraen pero tienen que estar muy cerca).
2: A veces se nos olvida que para llegar al final feliz hay que pasar por varios obstáculos, que no son nada sencillos ni rápidos, recordemos que el príncipe Eric estaba totalmente convencido de que se casaría con Úrsula pensando que era Vanessa, y después del caos, el se dio cuanta que la que realmente "amaba" a Ariel y son felices por siempre, ¡vale! tampoco hay que exagerar con el "por siempre"
Así es que al final hay tres opciones: La primera es tirarte a llorar día y noche por el resto de tu vida maldiciendo al destino y al malo o mala del cuento por arruinar tu triste historia (algo de flojera por cierto); la segunda es resignarte y seguir con tu vida (que es una de las cosas mas difíciles pero mas sanas); y la tercera es seguir adelante, divertirte un buen rato, con la firme conciencia de que tu príncipe o princesa despertará un día y se dará cuenta del grave error que cometió y vuelva a ti arrepentido(a) rogando por tu amor (eso suena bien ¿no?)
Esas son las opciones pero si me permitieran recomendar algo, yo me divertiría no sólo un buen rato, si no lo más posible, total, creo que el amor de mi vida soy yo misma
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